El gobierno de Estados Unidos ha iniciado la pintura de color negro en tramos del muro fronterizo que separa al país del territorio mexicano, con el objetivo de aumentar su temperatura y dificultar su escalada, según confirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. La medida responde a un mandato directo del presidente, quien considera que esta acción contribuirá a la seguridad fronteriza al disuadir intentos de cruce irregular.
Noem explicó que la elección del color negro responde a la capacidad del material de absorber el calor, lo que hace que el muro se vuelva incómodo al tacto durante las altas temperaturas del desierto. Según la funcionaria, esta característica, combinada con la altura y estrechez de la estructura, convierte al muro en un obstáculo más efectivo frente a quienes intentan cruzar de manera ilegal. Además, la pintura también servirá para prevenir la oxidación del metal, prolongando la vida útil de la infraestructura.
Alcance del proyecto y financiación
El proyecto forma parte de un plan más amplio aprobado por el Congreso a principios del verano boreal, que destinó US$46.000 millones a la extensión y finalización del muro a lo largo de los casi 3.218 kilómetros de frontera. Actualmente, se construyen aproximadamente 0,8 kilómetros de muro cada día. La administración describe esta obra como un «escudo y símbolo» del compromiso del gobierno con la seguridad nacional y el control migratorio.
Noem ha subrayado que el plan no se restringe a la aplicación de pintura negra, sino que también abarca la colocación de infraestructura suplementaria en áreas acuáticas del Río Grande, tales como boyas reforzadas y barreras custodiadas por fuerzas estatales y federales. Esta mezcla tiene como objetivo disminuir los cruces ilegales en zonas clave de la frontera.
Gastos y opiniones
La decisión de pintar la pared de color negro ha suscitado críticas debido al elevado costo calculado. Durante el primer mandato de Trump, se estimó que pintar la pared podría tener un costo mínimo de US$500 millones, dependiendo de los materiales y el número de capas utilizadas. Especialistas en construcción han indicado que el metal ya absorbe una cantidad significativa del calor del desierto, y que la pintura podría deteriorarse con el tiempo, disminuyendo su eficiencia.
Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, como el American Immigration Council y la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), han cuestionado la priorización de recursos públicos para la infraestructura fronteriza en lugar de servicios esenciales, argumentando que la política de deportaciones masivas y el gasto en seguridad pueden tener consecuencias sociales y económicas negativas.
Impacto en la migración y la estrategia del gobierno
De acuerdo con cifras oficiales, los cruces no autorizados han bajado considerablemente en los meses recientes, registrando niveles más bajos de aproximadamente 4.600 en julio y 6.000 en junio. El gobierno asocia esta disminución con una mezcla de arrestos extensivos, expulsiones y la percepción de un riesgo incrementado al intentar cruzar la frontera.
Noem también declaró que en los primeros 200 días de la administración actual, un total de 1,6 millones de inmigrantes indocumentados dejaron EE.UU., aunque no se detalló cuántos fueron oficialmente deportados y cuántos decidieron irse por su cuenta. La Casa Blanca afirma que su política da prioridad a personas con historial criminal, aunque activistas de los derechos de los migrantes han indicado que personas con pequeñas infracciones también han sido impactadas por las operaciones.
Protección y gestión de las fronteras: un enfoque polémico
El proyecto de aplicar pintura negra y la ampliación del muro en la frontera representan una táctica para reforzar la seguridad en dicha área, que incluye infraestructuras físicas, estrategias de disuasión y operativos migratorios. No obstante, la propuesta ha desatado un debate en torno a los elevados costos, la eficacia de la medida y las repercusiones en los derechos humanos, destacándose como uno de los temas clave en la agenda política y social de Estados Unidos.